CUAL es EL MODELO DEL CULTO - Autor: Mario Fumero
CUAL ES EL MODELO DE CULTO
La Biblia tan solo nos da algunos elementos
para realizar un culto. Nos dice que puede haber: alabanza, cánticos,
oraciones, dones, expresiones, Cena del Señor, compartir, exhortar, predicar,
enseñar, etcétera, pero no establece orden, tiempo, ni forma en que estos
elementos pueden combinar. No existe una fórmula bíblica que determine el orden
a seguir en un culto. Por lo tanto, la liturgia rígida y dogmática no tiene
cabida según las escrituras. En la actualidad hemos caído en una liturgia
deshumanizante, donde se ha perdido la acción de participación congregacional,
haciendo del culto un espectáculo en donde unos cuantos se exhiben con dones
artísticos, mientras la mayoría sigue los esquemas de los denominados
“ministerios de alabanza”.
La parte musical se ha sublimizado a una
dimensión que opaca no sólo la Palabra predicada, sino a los demás ministerios
bíblicos de la iglesia. Se toman algunos conceptos del principio del
Tabernáculo de David para introducir esta enseñanza, pero no debemos ni esquematizar
a un grupo con ciertos derechos exclusivos, ni catalogar como ‘ministerio” lo
que es el deber de todos los creyentes, pues ahora el sacerdocio y la adoración
son ejercidas por todos los discípulos que forman la congregación, y no una
élite privilegiada, como en el Antiguo Testamento.
En el Nuevo Testamento sólo se mencionan cinco
ministerios y ninguno de ellos era cantante. Además, si para Jesús la música
hubiera sido una prioridad tan sublime, de seguro que hubiese llamado a algún
músico entre los doce, pero no fue así.
Respecto de la crisis creada por la
esquematización del estilo moderno de adoración, afirma Randall Wittig: “Hice
una encuesta en más de 400 creyentes que asistían a iglesias con grupos de
adoración bien constituidos. Me sorprendió que más del 50% de los hombres
respondió que lo que menos les gustaba de sus iglesias era el tiempo de
adoración. El porcentaje de mujeres que presentaron quejas fue menor. Ellas
tuvieron menos críticas hacia los músicos; sin embargo, muchas se sentían molestas
por las numerosas repeticiones y por permanecer de pie tanto tiempo”.
Quiere decir que el “nuevo esquema" , que
en principio era revolucionario, ahora se ha convertido para muchos en otra
aburrida liturgia.
Peligros de los esquemas actuales de adoración.
Los esquemas actuales de “adoración” adolecen
de algunos fundamentos bíblicos, y para dejar en claro estas desvirtuaciones,
analizaremos estos elementos:
1.- ¿Cuál es el objetivo del culto? Tener una íntima comunión con Dios
y entre los hermanos, para edificarnos en la Palabra los unos con los otros.
Es por ello que se afirma: “Las reuniones de las clases y los grupos
proporcionan un medio de comunión íntima y ayuda mutua, y un ministerio
sencillo de confesión y reconciliación. El centro del culto cristiano es la
exaltación del Señorío de Jesús, la proclamación de su Palabra y el
arrepentimiento y perfeccionamiento de los discípulos. Sin embargo en el
esquema actual todo esto se ha perdido”.
2.- Son necesarios los cánticos, y una participación musical acorde
con el momento bien definida y ordenada, en donde el talento sea tomado en
cuenta. Pero este esquema jamás debe anular la participación de la congregación
en el culto mediante una manipulación artística. Para que los cánticos puedan
llegar al espíritu se debe:
A.- No ser muy repetitivo en los mismos, a
menos que haya un mover del espíritu.
B.- Deben ser coherentes con el tema, ambiente,
necesidad, situación y grupo.
C.- Deben de abstenerse de ejercer mucha
manipulación.
D.- No ser muy largos. El cántico no debe
cansar, sino preparar el ambiente para la ministración de la Palabra
3.- No
debemos permitir
que los instrumentos y los equipos de sonido ahoguen la voz del pueblo y la
letra que se canta. La bendición del culto no está en los decibeles de potencia
de los parlantes, ni en los muchos acordes de los instrumentos, batería o
bajo, sino en la integración de todo el pueblo a la acción de cantar.
4.- No hagamos del devocional un espectáculo. No debemos
distraer a la asamblea, sino llevarla a entrar, de forma profunda, a lo que
canta, para adorar.
Una verdadera expresión de adoración o alabanza
tiene que brotar de las experiencias que mueven sus sentimientos y no de las
emociones que abusan de los sentimientos. Lo importante del culto no es ser
profesionales, sino sinceros. La espiritualidad no está en las repeticiones
mecánicas, sino en la expresión llena de una carga de amor y arrepentimiento
genuino, envuelto en santidad.
Que el Señor nos ayude a mantener un
equilibrio, para poder guiar al pueblo de Dios a una verdadera adoración de
acuerdo a nuestra cultura, necesidad y experiencia, sabiendo que el Espíritu
opera en “particular como El quiere”.
l
Corintios 12:11
Tomado
del libro:
LA
IGLESIA ENFRENTANDO EL NUEVO MILENIO
Autor: Mario E. Fumero
Editorial
UNILIT
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