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Wednesday, October 31, 2012

CUAL es EL MODELO DEL CULTO - Autor: Mario Fumero


CUAL ES EL MODELO DE CULTO
La Biblia tan solo nos da algunos elementos para realizar un culto. Nos dice que puede haber: alabanza, cán­ticos, oraciones, dones, expre­siones, Cena del Señor, compar­tir, exhortar, predicar, enseñar, etcétera, pero no establece or­den, tiempo, ni forma en que es­tos elementos pueden combinar. No existe una fórmula bíblica que determine el orden a seguir en un culto. Por lo tanto, la litur­gia rígida y dogmática no tiene cabida según las escrituras. En la actualidad hemos caído en una liturgia deshumanizante, donde se ha perdido la acción de participación congregacional, haciendo del culto un espectácu­lo en donde unos cuantos se exhiben con dones artísticos, mientras la mayoría sigue los esquemas de los denominados “ministerios de alabanza”.

La parte musical se ha subli­mizado a una dimensión que opaca no sólo la Palabra predi­cada, sino a los demás ministe­rios bíblicos de la iglesia. Se toman algunos conceptos del principio del Tabernáculo de Da­vid para introducir esta enseñan­za, pero no debemos ni esque­matizar a un grupo con ciertos derechos exclusivos, ni catalo­gar como ‘ministerio” lo que es el deber de todos los creyentes, pues ahora el sacerdocio y la adoración son ejercidas por todos los discípulos que forman la congregación, y no una élite privilegiada, como en el Antiguo Testamento.

En el Nuevo Testamento sólo se mencionan cinco ministerios y ninguno de ellos era cantante. Además, si para Jesús la música hubiera sido una prioridad tan sublime, de seguro que hubiese llamado a algún músico entre los doce, pero no fue así.

Respecto de la crisis creada por la esquematización del estilo moderno de adoración, afirma Randall Wittig: “Hice una encuesta en más de 400 creyentes que asistían a iglesias con gru­pos de adoración bien constitui­dos. Me sorprendió que más del 50% de los hombres respondió que lo que menos les gustaba de sus iglesias era el tiempo de adoración. El porcentaje de mu­jeres que presentaron quejas fue menor. Ellas tuvieron menos crí­ticas hacia los músicos; sin em­bargo, muchas se sentían mo­lestas por las numerosas repeti­ciones y por permanecer de pie tanto tiempo”.
Quiere decir que el “nuevo esquema" , que en principio era revolucionario, ahora se ha con­vertido para muchos en otra aburrida liturgia.

Peligros de los esquemas actuales de adoración.

Los esquemas actuales de “adoración” adolecen de algunos fundamentos bíblicos, y para dejar en claro estas desvirtua­ciones, analizaremos estos ele­mentos:
1.- ¿Cuál es el objetivo del culto? Tener una íntima comu­nión con Dios y entre los her­manos, para edificarnos en la Palabra los unos con los otros. Es por ello que se afirma: “Las reuniones de las clases y los grupos proporcionan un medio de comunión íntima y ayuda mutua, y un ministerio sencillo de confesión y reconciliación. El centro del culto cristiano es la exaltación del Señorío de Jesús, la proclamación de su Palabra y el arrepentimiento y perfeccio­namiento de los discípulos. Sin embargo en el esquema actual todo esto se ha perdido”.
2.- Son necesarios los cánti­cos, y una participación musical acorde con el momento bien definida y ordenada, en donde el talento sea tomado en cuenta. Pero este esquema jamás debe anular la participación de la con­gregación en el culto mediante una manipulación artística. Para que los cánticos puedan llegar al espíritu se debe:
A.- No ser muy repetitivo en los mismos, a menos que haya un mover del espíritu.
B.- Deben ser coherentes con el tema, ambiente, necesidad, situación y grupo.
C.- Deben de abstenerse de ejercer mucha manipulación.
D.- No ser muy largos. El cánti­co no debe cansar, sino preparar el ambiente para la ministración de la Palabra
3.-  No debemos permitir que los instrumentos y los equipos de sonido ahoguen la voz del pueblo y la letra que se canta. La bendición del culto no está en los decibeles de potencia de los par­lantes, ni en los muchos acordes de los instrumentos, batería o bajo, sino en la integración de todo el pueblo a la acción de cantar.
4.- No hagamos del devocional un espectáculo. No debe­mos distraer a la asamblea, sino llevarla a entrar, de forma pro­funda, a lo que canta, para ado­rar.
Una verdadera expresión de adoración o alabanza tiene que brotar de las experiencias que mueven sus sentimientos y no de las emociones que abusan de los sentimientos. Lo importante del culto no es ser profesionales, sino sinceros. La espiritualidad no está en las repeticiones mecánicas, sino en la expresión llena de una carga de amor y arrepentimiento genuino, envuel­to en santidad.
Que el Señor nos ayude a mantener un equilibrio, para poder guiar al pueblo de Dios a una verdadera adoración de acuerdo a nuestra cultura, nece­sidad y experiencia, sabiendo que el Espíritu opera en “parti­cular como El quiere”.
 l Corintios 12:11


Tomado del libro:
LA IGLESIA ENFRENTANDO EL NUEVO MILENIO
Autor:   Mario E. Fumero
Editorial UNILIT


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